Kosice, segunda ciudad de Eslovaquia, tiene una población de 238.000 habitantes, según datos de 2018. Es la ciudad principal del Este del país y la más cercana a Hungría. Se encuentra a 400 kilómetros de Bratislava, la capital, y es la sede del Tribunal Constitucional eslovaco.
Es la ciudad eslovaca con más monumentos protegidos. También es conocida por la Universidad Técnica de Kosice y Universidad Pavla Jozefa Šafárika, en cuya Facultad de Medicina se forman numerosos estudiantes internacionales. Durante el confinamiento algunos españoles tuvieron problemas para regresar a casa desde allí.
El barrio más conocido de Kosice lo es a su pesar. Se trata de Lunik IX, el mayor gueto gitano de Eslovaquia y que cíclicamente vuelve a la prensa internacional por sus malas condiciones de vida. Con unos 6.500 vecinos, de los que se calcula que al menos 5.600 son de etnia romaní, no es un barrio periférico, sino que se encuentra casi en el centro geográfico de la ciudad, relativamente cerca de la Ciudad Vieja.
Muros en la frontera
En 2013 fue noticia que los vecinos del distrito contiguo, Lunik VIII, construyeron un muro de hormigón de tres metros de altura para separar ambos barrios. Un muro ilegal pero nunca sancionado por las autoridades municipales, al que en 2014 activistas antirracistas le hicieron una “puerta” que permite la comunicación.
El asentamiento -así se podría traducir como lo suele describir la prensa en inglés, settlement– es, en realidad, un barrio de construcción planificada en la época de la Checoslovaquia comunista. El antiguo chabolismo gitano en las afueras de Kosice fue desmantelado en 1979 y a partir de los 80 se trasladó a Lunik IX a las familias desalojadas. Durante el final de la dictadura comunista y los primeros años de la democracia, en los 90, fue un barrio residencial con bajo nivel adquisitivo. La evolución de la ciudad lo fue convirtiendo en gueto.
Hoy en día algún cálculo le atribuye un 100% de paro. En Eslovaquia, la minoría gitana tiene una media del 40% de paro, lo cual, por otro lado, le da mejores cifras que al conjunto de España, donde llega al 52% según datos de 2019. Más grave son los cortes de servicios básicos, como luz o agua corriente, que la autoridad municipal suele justificar por impago de los residentes y que las ONG que trabajan en la zona consideran una violación grave de los Derechos Humanos.
Muchos de los barrios que componen el Distrito Norte de Granada nacieron casi 15 años antes y de forma menos planificada, pero también realojando a las familias más humildes y con mayoría de etnia gitana víctimas de las inundaciones del Sacromonte.
Norte y Lunik IX sí tienen en común que su ‘guetización’ venga más de la dejadez administrativa que de las circunstancias urbanísticas. Y aunque la ausencia de servicios básicos en Cartuja, La Paz o Almanjáyar aún no alcance las cotas dramáticas de Lunik IX, sí los continuos cortes de luz que, quizás una vez más, serán atribuidos a impagos o delincuencia, sin analizar quiénes son las personas que se quedan sin un servicio básico, o que en ocasiones, necesitan máquinas para respirar.
Quizás en Norte los vecinos de Beiro no hayan construido un muro para separarlos, aunque pasear por Pedro Machuca pueda provocar la sensación de que la muralla de la Comandancia se prolonga hasta el IES La Paz delimitando una frontera no declarada. El muro, aunque se vista de grafiti, muro se queda.
Confinados por el Ejército en Eslovaquia
En abril, en pleno ‘Gran Encierro’, el gobierno eslovaco confinó a más de 6.000 personas de etnia romaní en guetos como el de Lunik IX en todo el este del país. Utilizó para ello al Ejército después de una ronda de test en la que aparecieron apenas 32 positivos. En ese momento había 900 confirmados en todo el país. Algunas ONG le dieron la razón al primer ministro, Igor Matovic, en la necesidad de intervenir en los asentamientos, por la facilidad del contagio debido a las malas condiciones higiénicas. Pero acabaron condenando los “sesgos racistas” de la intervención.
Por ejemplo, en la localidad de Bardejov, cercana a Kosice, se registró un conato de batalla campal entre la Policía eslovaca y los vecinos del barrio de mayoría romaní a raíz de una supuesta agresión de un vecino a dos agentes. Un vídeo filtrado a la prensa eslovaca reveló que fueron los policías quienes empezaron a golpear al joven por no llevar la mascarilla obligatoria. En las mismas fechas, la Organización por los Derechos Civiles y Humanos de Eslovaquia denunció agresiones similares en el municipio de Krompachy, también en la zona, esta vez a menores.
El formato VERSUS no está diseñado para que una de las dos zonas comparadas “gane” o “pierda” sino para intentar aprender de los problemas comunes. En este caso, en los dos extremos geográficos de una Unión Europea que se ha sumado al #BlackLivesMatter, cabe recordar uno de los racismos institucionalizados más viejos del continente.
Los cortes de luz son debidos a las plantaciones de marihuana, por parte de esos tan educados gitanos, que pinchan la luz y la carga eléctrica no está compensada.
Usted habla del problema gitano sin tener ni idea.
Le deseo vivir en granada con ellos.
Yo sé muy bien el problema generacional de esta gente, como todo granadino
Granadino cabreado